sábado, 29 de marzo de 2008

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en la camioneta roja casi sin color de su abuelo.. cascacho de primer nombre. venia cada tarde a buscarme i llevarme al puente de las siete vistas, venia con el mate la yerba mas rica i un par de masitas. melodias en la radio de mano que traia porque cascacho no tenia.
me contaba historias mui lindas. i tambien sacaba varias sonrisas de mi rostro empalagado de desiertos sinsabores. caminabamos lentamente como apreciando cada olor que se pegaba con sutil firmesa en el aire que chocaba nuestros rostros. ya alivianados i cubiertos con algo de libertad, esperabamos un tiempo para volver, probamos sentarnos en lugares que dejaban percibir los colores de la mescla teatral que se formaba en el centro del horizonte que se veia mas alla, un poco. un poco mas alla se centraba el mundo. siete vistas todo se centraba i estabamos ahi. juntos. unidos. sencibles a pequeña emocion. tremenda ilusion sembramos aquel tiempo. me sentia tan feliz con el. tan feliz que no podia ni decir. de todos modos ninguno podia hablar de muchas cosas. i yo solo me redimia a escuchar sus historias. a el le gustaba que yo estuviera ahi. con el. i su compañia me llanaba como ninguna otra. como ninguna. llamativos los rincones en los que descargaba el mate de yerba. ke buenos algunos lugares del mundo pensaba yo (recuerdo)
caminabamos lento. mui lento. lo miraba fijo i luego esquivaba su mirada de repente. seguiamos juntos. sabiamos que casacacho nos esperaria.. i m acuerdo d cada cancion que me hizo oir, que cada tema le provocaba una rara i fiel emocion cada vez que sonaba. sigo recordando cada rincon que visitamos.
i las siete vistas siguen llamativas en mis pupilas.

1 comentario:

Natt dijo...

Es increíble como en los rincones más remotos de la memoria se guardan esas cosas que una persona no va a olvidar nunca más, aunque quisiera o no, van a estar ahi.