jueves, 3 de junio de 2010

.

Un psicólogo necesito. Si, eso.



O algo asi, necesito hablar con alguien. Pero necesito callarme.


Necesito silenciar mis cables sueltos (tengo muchos dear)
Necesito naturaleza, una planta adentro, un árbol creciendo, necesito tierra en las manos i brotes en las orejas.

Necesito aires puros i aguas de arroyitos dear.
Necesito suelos entre matices de verdes i piedras de montañas. Necesito eso exteriormente pero también adentro.
Principalmente adentro,
porque me estoi yendo hacia ningún lado, no tengo suficiente resistencia i estos días mundanos me toman de las manos i no digo nada, soi tan pobre..tan pobre en voluntad de ser yo, de no desviarme. Soi tan pobre, tan pobre… soi, soi…. ¿soi?.
Ser natural, ser uno mismo, dejar las guerras en las que uno se agarra i se lleva arrastrándose hacia esos lugares i esas palabras donde no quiere ir, dejar de lado esas sensaciones mediocres e hipócritas donde uno se automiente i se pierde a sí mismo.

Cortarles las patas, las manos, i si es posible la cabeza (o las tantas cabezas que tenga) a esos momentos de devíos.
Tengo miedo, miedo a seguir perdiéndome de mí. Tengo miedo de que todo esto que está sucediendo tenga tanta fuerza que logre llevarme hacia algún extremo.
Tengo miedo de que mi resistencia i mi voluntad sigan tan dormidas…tengo tanto miedo que me abrazo a las piernas dobladas i no entiendo que hago aquí sentada en entre todo este pasto tan verde oscuro.