martes, 29 de diciembre de 2009

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Si, un teatro, con telones rojos, luces azules verdes i amarillas, con telas colgadas allá arriba, que son las que se usan los miércoles cuando se enseña a los que vayan, con un director que llega siempre temprano, con actores de remera negra mangas largas i cuello alto, están descalsos, con textos impregnados en paredes, sillas rojas ubicadas en especie de escalera, con escenario piso de madera i buen sonido, con musica estilo coco rosie, de todas maneras son sonidos lindos. Un teatro con cientos de obras representadas sobre el mismo suelo, con miles de personajes arriba de la madera, con tantas gentes i tantas hidras hablando i gritando fuera de ellas mismas, eso soi. Un teatro. Un circo imaginario. Una mente desbaratada. Un pequeño subterraneo.
Donde todo se entremescla i ya no se entiende nada.
Donde todos los personajes desfilan frente a un publico que no aparece en ensayos, solo intenta comprenderlo en el estreno, i asi no es. no. (claro muchacho, ¿que pretendes?)
Soi eso que ocurre cuando se cierra el telón, soi las corridas de todos los actores i los vestuaristas, i hai que sacar los muebles para la proxima escena. Hai que correr, i no hai que gritar.
Soi un lio mental, una mentira espiritual, pero quizas en otro momento sobre este tema, ahora ya amaneció i no quiero hablarte de esto. Tal vez haya que guardar algo para mas tarde, quizas con biscochitos i mates.